Los productores de hamburguesas de carne vegetal sostienen que saben como las de verdad y dejan una huella mucho menor en el medio ambiente. Varios estudios ponen a prueba esas afirmaciones.
Si usted es un consumidor de carne preocupado por el medio ambiente, probablemente se sienta un poco culpable al sentarse en la mesa para cenar. La carne en nuestros platos tiene un costo medioambiental significativo, debido a la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del aire y el agua que su producción causa. Es una realidad incómoda, dada la urgente necesidad del mundo de hacer frente al cambio climático.
Esa es una de las razones por las que hay tanto revuelo hoy en día en torno a un artículo recién llegado a las estanterías de los supermercados y a los menús de los restaurantes de hamburguesas: productos que parecen carne de verdad, pero que se elaboran sin ingredientes de origen animal. A diferencia de las hamburguesas vegetarianas, a base de frijoles o cereales de décadas pasadas, estas carnes vegetales (las más conocidas de las cuales son Impossible Burger y Beyond Meat) se comercializan sobre todo para consumidores tradicionales de carne. Afirman replicar el sabor y la textura de la carne picada real pero con una fracción de su costo medioambiental.
Si estas novedosas alternativas a la carne pueden cubrir gran parte de nuestra demanda de carne —y si son tan ecológicas como sugieren, lo cual no es fácil de verificar de forma independiente—, podrían ofrecer a los carnívoros una forma de reducir el impacto ambiental de sus elecciones gastronómicas sin renunciar a uno de sus platos favoritos.
Fuente: El País