Fotógrafa forense relata experiencia.
InfoSalud/ Santo Domingo, R.D. – La tragedia ocurrida en el centro de entretenimiento Jet Set, que cobró la vida de decenas de personas, no solo dejó secuelas entre las familias de las víctimas. También afectó profundamente al personal médico, forense y de rescate que trabajó incansablemente durante más de 59 horas para recuperar, identificar y documentar los cadáveres.
Uno de los casos más ilustrativos es el de la única fotógrafa forense activa del Instituto Nacional de Patología Forense Dr. Sergio Sarita Valdez. Una joven de apenas 26 años, con tres años de experiencia en la institución, quien documentó la dimensión humana del horror vivido.
En declaraciones a un medio local, la fotógrafa confesó que nunca había enfrentado una tragedia de tal magnitud. “La cantidad de muertos fue demasiado alta. Nosotros no estamos acostumbrados a algo así. Me superó como persona, a nivel profesional, emocional, físico y mental”.
Su función consiste en documentar fotográficamente cada autopsia, registrando heridas, fracturas y cualquier indicio relevante para determinar la causa de muerte. Luego, debe organizar las imágenes para integrarlas en los informes preliminares. Pero esta vez, su tarea sobrepasó cualquier experiencia previa.
“Tuve que apoyarme en otros miembros del instituto porque no podía sola. No era físicamente posible”, señaló. En cada autopsia intervienen el médico legal forense, la patóloga, el técnico de autopsias y el odontólogo forense, especialmente crucial cuando los cuerpos no pueden ser identificados visualmente.
Pese al agotamiento, la fotógrafa debía trasladarse diariamente al Hospital Marcelino Vélez, sede del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), para almacenar y procesar las imágenes captadas, antes de volver a comenzar el ciclo al día siguiente.
Plan de apoyo psicológico y reconocimiento
Frente a esta realidad, el ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, anunció la implementación de un plan de apoyo psicosocial para todos los involucrados en las labores de rescate e identificación de las víctimas.
“Muchos de ellos vieron cosas que no habían visto en mucho tiempo. Sabemos que el trauma y el estrés pueden dejar secuelas duraderas. Es por eso que vamos a darles seguimiento”, afirmó el funcionario.
El plan contempla asistencia emocional con profesionales de la conducta y un paquete de incentivos económicos para los cerca de 4,580 colaboradores que trabajaron en la emergencia. Hasta el momento, se han realizado dos talleres de intervención para comenzar a atender los efectos del estrés postraumático.
Según cifras ofrecidas por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), en la búsqueda participaron miles de personas pertenecientes a distintas agencias, mientras que 62 médicos forenses y 107 miembros del personal técnico se encargaron de las autopsias y la identificación de los cuerpos.
La tragedia ocurrió a las 12:44 de la madrugada del martes, durante una fiesta animada por el merenguero Rubby Pérez, quien también figura entre las víctimas mortales.
“La emergencia terminó, pero el trauma apenas comienza”, concluye uno de los rescatistas, visiblemente afectado.
Fuente: SaludNews